martes, 19 de julio de 2011

Una experiencia pedagógica con Blog o Twitter

Para el trabajo final, he optado por la primera opción dada por la docente porque no he tenido experiencia de proyecto educativo con mis alumnos desde el uso de la tecnología, sacando la comunicación vía mail.

Recientemente estamos incorporando con la cátedra de psicométricas de la Carrera de Psicología UBA el uso de la plataforma de CITEP, pero estamos empezando, no lo abrimos a los alumnos aun.

La propuesta me más me gustó fue la página de Aulablog, Planeta Educativo.
Posee una infinita oferta de blogs educativos para recorrer, he podido entrar a ver varios y todos son muy completos. Sus links conducen a encontrar temas de interés general de todas las áreas, también artículos y un buscador (valga la redundancia) que permite acotar la búsqueda de información.

Como la consigna del trabajo final era elegir un solo blog, a mi me gustó mucho uno de una maestra jardinera que se denomina:  Profe, ¿qué hacemos hoy?.


Me capturó el formato de este blog y la organización del mismo. El blog cuenta con artículos, material para descargar, aplicaciones web 2.0, material fotocopiable, proyectos, contenidos para nivel inicial: lectoescritura, juegos, puzzles, cuentos con audio, videos, cancioneros, enlaces educativos,etc. Es un sitio muy completo y se puede observar la posibilidad de hacer intercambio con sus colegas, quienes cuentan con materiales e ideas para la tarea docente en nivel inicial.

Otro elemento que posee es la combinación con otras herramientas de la Web 2.0 lo que hace que la información esté resumida en ese espacio por medio de los links de contacto pero abierta a que fluya en la red.

El uso de la web 2.0 no quiere decir que el espacio áulico pase a segundo plano, sino que los alumnos se enriquezcan en el camino del aprendizaje de la asignatura que dictemos; y como expresa el último módulo, que no sea el docente quien cree o use estas herramientas solo para reproducir modelos de enseñanza dominantes que caigan en los mismos quehaceres pero sobre un nuevo soporte, continuando con un enciclopedismo unidireccional y repetitivo sin significación alguna para sus alumnos.

Otro elemento que contiene es la red de blogs (blogosfera) que brinda y facilita el poder hacer lectura de las producciones de otros colegas, lo que permite una comunicación grupal que alienta a ser más creativo en la tarea docente y que aporta ideas para planificar mejor las clases.
Desde el inicio del curso me interesó la propuesta de la WEB 2.0 como espacio social, donde se aprende compartiendo saberes, donde el conocimiento está accesible a todos y descentralizado, con una participación activa del usuario y no desde un lugar de pasividad frente al proceso de búsqueda y de aprendizaje.

El concepto de “inteligencia colectiva” ayuda a pensar en la postura del alumno frente al aprendizaje y del docente frente al como enseñar. Actualmente el docente debe aprender a crear puentes, que si bien es necesario hacer en el aula, debe también sumar recursos que son el lenguaje cotidiano de los chicos y que pasa a ser un lenguaje compartido con nosotros, quienes les podemos brindar en ese idioma común, recursos que les resulten significativos para sus vidas.

Uno de los puntos esenciales que reflexionar es cómo los docentes enfrentamos el cambio en el contexto educativo. Esos cambios tienen relación, en mi caso, con propuestas que tengo en mente hace tiempo, como la de utilizar un blog y/o las redes sociales en mi proyecto educativo dentro de la asignatura Psicología en el Nivel Medio y Técnicas Psicométricas en un Terciario del GCBA. El curso me ha permitido aprender la estructura que tiene un blog, la forma de personalizar la información de parte del administrador de ese espacio y me agradó la frase de Saez Vacas (2005) quien define a los blogs como “una conversación interactiva durante un viaje por el conocimiento”.

Transitar este curso tiene que ver con ese objetivo que vengo sosteniendo y la lectura del material me ha ayudado a pensar sobre lo importante que es presentar a mis alumnos esta propuesta desde un contexto significativo, con fundamentos para su uso y criterios claves para una mejor organización del grupo clase.
Para finalizar me gustaría hacer referencia a un blog muy interesante:  http://educacionliquida.blogspot.com del que me capturó la lectura de su título que decía:  “Educación líquida”.

El texto desarrollaba la metáfora entre la "cultura sólida" (el peso) del siglo XX, con la "información líquida" (la levedad) que está emergiendo en este siglo XXI impulsada por la digitalización.

La web 2.0 ha modificado el estilo comunicacional entre las personas tanto desde el lenguaje coloquial como desde el académico y cultural. Este nuevo estilo de transmitir nos debe convocar a reflexionar sobre las nuevas experiencias que podemos crear y recrear  con nuestros alumnos, tanto desde la transmisión del conocimiento hasta la producción del mismo. Tarea hermosa y super interesante: seguir aprendiendo junto a nuestros alumnos! 
 

jueves, 14 de julio de 2011

Los jóvenes y sus “golosinas digitales”

Me tomé el atrevimiento de pegar la nota de página 12 del Lic. Juan Carlos Volnovich *, prof de UBA, ya que es muy interesante para pensarla. (Jue 14.07.2011)

“Viven hiperconectados. Oyen la radio mientras estudian en un libro con la tele prendida, jugando a la play, hablando por el celular, chateando y comiendo pizza. Eligen el acceso hipertextual en lugar de la narrativa lineal. Funcionan mejor en red, aprecian la gratificación constante que los incita a desafíos crecientes”: son los “nativos digitales”, a los que el autor se dedica en este ensayo.
Es muy probable que el operativo de instalar en el imaginario social la figura de adolescentes aislados, semiautistas, encapsulados, no sea una acción tan neutra ni tan inocente como pudiera creerse. Esos jóvenes, “nuestros jóvenes”, esos a quienes les espera una temporalidad sin futuro y una desafiliación marcada por la exclusión del trabajo y la falta de inscripción en formas estables de sociabilidad, tienen muy mala prensa y son objeto de una verdadera campaña difamatoria por parte de los medios de comunicación de masas a la que contribuyen muchas veces los “expertos”, cuando registran como conductas desviantes lo que en realidad son producciones novedosas.
Tal vez es un exceso referirnos a quienes transitan la adolescencia como una totalidad; antes bien, deberíamos reconocer la existencia de múltiples universos simbólicos. Tal vez no podamos aludir a una adolescencia cuya ética y estética su-bordine a las demás, pero eso no tiene por qué autorizarnos a hacer caso omiso de una cultura dominante, aunque esa cultura sea la de la parcialidad y la fragmentación.
Porque el caso es que nos ha tocado vivir un período trascendente en la historia de la humanidad: las innovaciones tecnológicas están impactando en la familia, en el sistema educativo, en la vida misma, como nunca antes había sucedido. O, al menos, como desde la invención de la imprenta, desde Gutenberg, no había sucedido. Y la cuestión no se clausura ahí. Quiero decir: antes que asistir a la incorporación de novedades tecnológicas, estamos atravesando significativos cambios culturales. Hemos pasado de una cultura letrada –libro, papel y lápiz– a una cultura de la imagen que, a su vez, rápidamente, le dejó lugar a la cibercultura (Alejandro Piscitelli, Nativos digitales: dieta cognitiva, inteligencia colectiva y arquitectura de participación, ed. Aula XXI). Entonces, se trata de la cibercultura y de los sujetos que la protagonizan. Nosotros, los “inmigrantes digitales”, “expertos” en adolescentes, aún no hemos desarrollado los instrumentos teóricos ni las herramientas epistemológicas con las que podamos teorizar acerca de los procesos y las operaciones lógicas desplegadas por los “nativos digitales”.
Hoy en día, los adolescentes se definen más como usuarios y como autores que como aprendices. Se caracterizan por las operaciones que pueden llegar a hacer con el flujo de información que reciben, más bien que por el sentido que les encuentran a los textos que se les ofrecen. Transformados en autores, las pibas y los pibes no interpretan textos, no leen ni descifran, no incorporan algo que en el futuro puede llegar a servirles; sólo operan, generan estrategias operativas –muchas veces extremadamente barrocas y complejas– para que la marea de información se les vuelva habitable.
Con el éxito editorial de Harry Potter, ante la avalancha de bestsellers para niños, con la familiaridad del chat y de los mensajes de texto por los celulares, con la popularidad de Facebook o de Twitter, quienes pensaban que la lectoescritura estaba agotada y había cumplido su ciclo en la historia de la humanidad volvieron a respirar. Claro que el nuevo género literario de mensajes usados por los pibes rápidamente transformó los suspiros de alivio en gritos espantados ante la perversión de la lengua pero aun así, es inevitable aceptar que, al menos, leen y producen textos. Escriben y... leen. Pasan el día, y muchas veces las noches, leyendo y escribiendo.
Pero la lectura de los usuariosautores nada tiene que ver con la lectura de los alumnos. En los alumnos, la lectura tiene una ventaja jerárquica por sobre otros estímulos informacionales. En los alumnos la lectura deja marcas que perduran y que reaparecen, investidas, resignificadas o expulsadas a lo largo de la vida del sujeto. En cambio, para los usuarios, leer es una acción destinada a producir imágenes. Es apenas un medio para un fin, una más entre las múltiples operaciones de recepción del hipertexto que junto a las películas, los sitios de Internet, los afiches, los juegos de cartas, los disfraces, contribuyen a la producción de imágenes propias que son usadas para competir con la abrumación de imágenes aceleradas, estímulos publicitarios que los bombardean y amenazan saturarlos.
Así, las pibas y los pibes de la cibercultura transitan como esquiadores sobre el agua. Se desplazan a toda velocidad, intentando, con las imágenes propias que –no sólo pero también– les brinda la lectura, reducir la aceleración. Si se detienen, colapsan agobiados: el aburrimiento se apodera de ellos.
Porque los “nativos digitales” aman la velocidad cuando de lidiar con la información se trata. Les encanta hacer varias cosas al mismo tiempo, casi todos ellos son multitasking y en muchos casos multimedia. Viven hiperconectados. Pueden oír la radio al tiempo que estudian en un libro la lección de historia con la tele prendida, jugando a la play, hablando por el celular, chateando con medio mundo y comiendo pizza. Prefieren el universo gráfico al textual. Eligen el acceso aleatorio e hipertextual en lugar de la narrativa lineal. Funcionan mejor cuando operan en red, y lo que más aprecian es la gratificación constante y las recompensas permanentes que, por lo general, los incitan a desafíos de creciente complejidad.
Pero, por sobre todo, prefieren jugar antes que estudiar. Su alimento verdadero son las golosinas digitales y no los alimentos convencionales. Pueden hackear la computadora más sofisticada por la noche y, por la mañana, reprobar el examen más sencillo de matemáticas.
En un estudio riguroso, Kurt Squire y Henry Jenkins (Harnessing the power of games in education, en http://website.education.wisc.edu/kdsquire/manuscripts/insight.pdf 04/07/011) encuestaron a 650 alumnos del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) y encontraron que el 88 por ciento de ellos habían jugado a los videogames antes de los 10 años, y más de 75 por ciento lo seguía haciendo. Entre no-sotros, el campeón nacional de Counter Strike –hasta hace poco uno de los juegos más populares– es uno de los mejores alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires. Estos datos contradicen las tesis vulgares que buscan una incompatibilidad entre el desarrollo de la inteligencia, la incorporación de conocimientos y los videojuegos.
La cuestión de los videojuegos tiene poco que ver con discusiones acerca de la corrupción cultural o de la adicción electrónica; más bien concierne a un profundo cuestionamiento político de la concepción tradicional y actual de qué es aprender y de cómo se aprende, y de qué tipo de ciudadano formar, para qué tipo de mundo.
Entonces, la elección es clara: o los “inmigrantes digitales” nos decidimos a despojarnos de nuestros prejuicios o los “nativos digitales” nos dejarán a nosotros conectados en soledad. Porque lo que aquí está en juego es un cambio cultural. Ya no se trata de reformatear viejos hábitos de pensamiento y contenidos actualizándolos, traduciéndolos al código de las imágenes y del lenguaje multimedia, sino de algo más complejo y sutil: reconocer que forma y contenido están inextricablemente unidos y que, si bien el buen sentido y los talentos tradicionales no están en cuestión, lo que sí está en cuestión es que las operaciones lógicas no pueden plantearse en contraposición a la aceleración, al paralelismo, a la aleatoriedad y a la atribución diversificada del sentido.
El problema, entonces, no es la “soledad”. El problema reside en el Otro. Más aún: el problema reside en que la nuestra tiende a ser una cultura sin Otro. Al menos, sin un Otro simbólico ante quien el sujeto pueda dirigir una demanda, hacer una pregunta o presentar una queja. La nuestra tiende a ser una cultura colmada por Otros vacíos (DanyRobert Dufour, El arte de reducir cabezas. Sobre la servidumbre del hombre liberado en la era del capitalismo global, ed. Paidós, 2007). No hay un Otro en la cultura actual y todavía está por verse si el Mercado reúne las condiciones de dios único, capaz de postularse para ocupar el lugar vacante que el Otro tuvo en la modernidad. Más bien parecería que los nuevos tipos de dominación remiten a una “tiranía sin tirano” (Hannah Arendt, Du mensonge a la violence, ed. Calman Levy, París, 1972) donde triunfa el levantamiento de las prohibiciones para dar paso a la pura impetuosidad de los apetitos. El capitalismo ha descubierto –y está imponiendo– una manera barata y eficaz de asegurar su expansión. Ya no intenta controlar, someter, sujetar, reprimir, amenazar a los adolescentes para que obedezcan a las instituciones dominantes. Ahora simplemente destruye, disuelve las instituciones de modo tal que las pibas y los pibes quedan sueltos, caen blandos, precarios, móviles, livianos, bien dispuestos para ser arrastrados por la catarata del Mercado, por los flujos comerciales; listos para circular a toda prisa, para ser consumidos a toda prisa y, más aún, para ser descartados de prisa (Paul Virilio, La inseguridad del territorio, ed. Asunto Impreso, Buenos Aires, 2000). La cultura actual produce sujetos flotantes, libres de toda atadura simbólica: “colgados”.
Si la nuestra tiende a ser una cultura colmada por Otros vacíos, no es difícil aceptar que hay varias adolescencias, que no existe una adolescencia –o, al menos, que no existe una adolescencia hegemónica– y que todo se reduce a la singularidad de cada una y cada uno de los adolescentes.
Ocurre, sin embargo, que el vértigo, la velocidad con la que se instaló la cibercultura produjo cambios significativos en las subjetividades de lo que hasta ahora habíamos conocido como cultura “textual” o cultura “letrada”, y esos cambios no han sido acompañados con la misma agilidad por desarrollos ni de la pedagogía ni del psicoanálisis.
Se impone, entonces, una nueva manera de posicionarnos frente a quienes vienen a confrontarnos con nuestros fracasos y con el fracaso de una cultura que de la ciencia hizo virtud y, del progreso, gloria. Ellos son los “nativos digitales”. Aquellos a quienes Alessandro Baricco llamó los “bárbaros” (Los bárbaros. Ensayos sobre la mutación, ed. Anagrama, Barcelona, 2006). Esos “nativos digitales”, esas pibas y esos pibes, desconfían de la información que queremos transmitirles; si son poco receptivos es porque sospechan que el saber, el sistema axiomático que les ofrecemos, no es ajeno a la catástrofe que les toca vivir.
Y lo que no les perdonamos es que, con su irreverencia, nos hagan saber que nuestra gloria de burgueses cultos y civilizados generó, permitió –o, al menos, no logró impedir– las peores calamidades que sufrió la humanidad (desde Auschwitz a Hiroshima; desde la ESMA al consenso que toleró la instalación del neoliberalismo entre nosotros, por mencionar sólo algunos); gloria de burgueses que produjo una generación sufrida, castigada y maltratada, a la que sólo le queda refugiarse allí: en la oscuridad de un ciber, en la precariedad de un estigma –un tatuaje, un piercing, una cicatriz–, precariedad de un estigma elevado a emblema.
Así, en contraste con los jóvenes de generaciones anteriores, la actual es la primera generación que, para lograr su independencia, cuenta con la dependencia de las nuevas tecnologías. El holandés Jeroen Boschma (Generación Einstein, ed. Melusina) e Inez Groen han propuesto la categoría de “generación Einstein” para aludir a quienes nacieron a partir de 1988. Estos autores esgrimen sobrados argumentos para fundamentar el respeto y la admiración que les despiertan los jóvenes contemporáneos: pibes que conocen como nadie las reglas del marketing, que leen la prensa como periodistas, que miran películas como semiólogos, que analizan anuncios como verdaderos publicistas, que siguen sin dificultad alguna la complejidad de Doctor House y de Lost. Son jóvenes que se despliegan en un universo simbólico donde sus padres y los adultos que los rodean –“inmigrantes digitales”– no entran más que para balbucear torpemente. Más rápidos, más inteligentes, más sociables, se mueven como pez en el agua en el ciberespacio sin pedir permiso a los mayores.
* Psicoanalista. Fragmento del artículo “Conectados ¿en soledad?”, que se publica en estos días en la revista Imago-Agenda.

sábado, 9 de julio de 2011

Un video que complementa la nota

Docentes...antes imprescindibles y ahora????

En el profesorado se enseñaba que la buena práctica docente residía en la "reflexión sobre la acción".

Siempre me ha quedado esa idea y acordaba mucho con mi forma de ser: hiperactiva, desde lo cual diariamente pienso en tratar de motivar a mis alumnos de una forma distinta, creativa.

Leyendo los módulos del curso de CITEP, plataformas virtuales, vuelvo a repensar cómo los docentes debemos incorporar los TICs (tecnología y comunicación) a la planificación y al armado de clases.

Una idea interesante es el modo en como se consume y se produce la cultura, como se construye el conocimiento, que tal vez antes se concebía más desde individual y en un ámbito más solitario y actualmente los saberes se hacen compartidos desde la llegada de internet a la vida del hombre.

Este espacio virtual que contiene infinidad de información al alcance de cualquier usuario es beneficioso y a la vez es necesario contar con herramientas para usarlo inteligentemente.

En el plano educativo es un gran desafío ya que lo virtual trasciende el aula, por lo que se torna imprescindible sumar la tecnología a la enseñanaza. Esto permite que los alumnos sean constructores de sus propios aprendizajes como siempre debería haber sido, pero ahora, el alumno, pareciera estar mejor posicionado ya que pasó de ser consumidor pasivo a ser creador.
Esta posibilidad puede darse a partir de lo propuesto en el aula y extendido al uso de TICs con un grupo determinado de alumnos o directamente desde una plataforma virtual, lo que en el módulo 1 del curso se piensa como "narraciones transmediáticas". Son aquellas historias (para Jenkins) que comienzan en un medio y se expanden a lo ancho de la ecología mediática; se incrementa cuando los que consumen la información la expanden con sus propias producciones.

Antes en la web 1.0 esto era impensable, ahora es posible.

Como todo aprendizaje es necesario asimilar lo nuevo.

También depende de los docentes (que primero deben informarse) guiar a los chicos para la búsqueda de información en la web, respetando derechos de autor, citando fuentes en trabajos prácticos, etc.

Me quedé pensando en que se habla de la brecha generacional pero la brecha institucional es la más sintomática ya que hay que repensar los proyectos educativos y a nivel macro, la política educativa que favorezca para achicar esa brecha que se ha instituído con el correr de los años; sino terminan siendo los alumnos los que superan a los maestros en el área tecnológica creándose así, una realidad áulica muy distinta a la realidad virtual que es "cosa de todos los días" de nuestros chicos (nativos digitales, o generación Y).

Brunner (educador chileno) (año 2000) expresa que la incorporación de TICs "es una nueva revolución educacional" y como toda revolución caen paradigmas para surgir nuevos que aporten conocimientos claves para mejorar la cultura.

Los contenidos de nuestras asignaturas, cualquiera que dictemos tienen que estar soportados por una vía de acceso que sea significativa para nuestros alumnos. Es como enseñarles en inglés a gente que no maneja el idioma básicamente, análogamente pasa en usar SOLAMENTE la vía tradicional de enseñanza con chicos que han nacido en un mundo digital.

La escuela pareciera que dejó de ser "un templo sagrado" o los libros objetos de sagrados conocimientos (ilustrativa película "el nombre de la Rosa") para pasar a ser espacios más dinámicos donde el saber circula, se comparte, se renueva, se tejen redes..

Queridos colegas: el rol docente ha cambiado, bienvenidos al mundo digital donde la experticia colabora para participar con nuestro grupo de alumnos en un camino compartido de búsqueda, encuentro, nuevas prácticas docentes, aprendizajes abiertos, creaciones colectivas, integrando la educación presencial con la educación virtual.
El lenguaje ha cambiado, somos nodos en una gran red de nodos, capaces de remixar lo creado por otros pero respetando al creador oficial, siendo autores de nuestros blogs y microblogs, capaces de retwittear el valioso aporte de los demás, haciendo conocer momentos de nuestra vida en imágenes o videos en you tube, etc.
A las generaciones X....a activar la plasticidad neuronal para que nuevas redes de neuronas hagan sinapsis que colaboren en que podamos ser protagonistas de este gran cambio de época.
Un saludo virtual!
De mi autoría: Carina

martes, 5 de julio de 2011

Mi rol como psicóloga educacional

La función del Psicólogo Educacional es la de orientar, aunque no hacia una dirección predeterminada, sino aportando una lectura diferente sobre el acontecer institucional.
Requiere mantener una mirada diferente sobre la escuela, teniendo en cuenta las diferentes variables que se ponen en juego en cada situación.
Es un rol que parece ser muy necesario, tanto que suele recurrirse a él buscando una solución mágica. Debe hacerse saber que su intervención generalmente no brinda la respuesta ideal, sino una respuesta posible, tratando de que no se instituya la fantasía del “mago sin magia” como se titula el libro de Selvini Palazzoli, Mara.
Las tareas del Psicólogo educacional suelen ser:
  • Asesoramiento a directivos
  • Orientación a alumnos y padres
  • Orientación a docentes y directivos sobre temas relacionados con la Psicología.
  • Intervención en reuniones de padres y docentes brindando aportes desde su área.
  • Orientación a docentes en temáticas vinculadas con su ejercicio profesional: relación educativa, convivencia, dinámica de grupos, necesidades educativas especiales, estrategias de intervención en el aula.
  • Intervención en situaciones de conflicto
  • Comunicación e intercambio con profesionales, instituciones y servicios de salud que trabajen con alumnos de la institución.
  • Intervención en la articulación entre los distintos niveles estimulando un trabajo en equipo que favorezca un mejor acompañamiento de los alumnos y mayor continuidad en el Proyecto Educativo Institucional (PEI).
Se enriquece el trabajo cuando se genera desde el rol un espacio de diálogo y comunicación, un vínculo de respeto, confianza y confidencialidad que favorece el acercamiento espontáneo de los diferentes actores de la Comunidad educativa (alumnos, docentes, padres, docentes especiales, directivos).
Los chicos suelen acercarse espontáneamente y tienen claro que es un espacio para plantear sus problemas y preocupaciones donde se los escucha y se les brinda orientaciones específicas.
Los padres solicitan entrevistas en búsqueda de orientación.
Los docentes pueden manifestar más abiertamente sus dificultades si sienten que se realiza un trabajo en equipo y no se sienten evaluados por el profesional.
Si la escuela cuenta con Proyecto de Integración Escolar se trabaja con los niños con NEE y sus equipos integradores. El Equipo de Orientación tiene un rol importante de acompañamiento en estas situaciones de integración (seguimiento del niño, docente, entrevistas con padres, comunicación con escuela especial si está matriculado en ella, maestra integradora y los profesionales que lo siguen en tratamiento si los hubiera )
Insertarse en la Comunidad educativa, trabajar y asesorar en alguna medida a todos los actores que intervienen en el proceso de enseñanza- aprendizaje representa un gran desafío diario, que, frente a él, hay que pensar estrategias y hay que administrar el tiempo permanentemente en función de los conflictos a resolver. Es también un desafío mantener el diálogo con todos los estamentos de la Institución teniendo en cuenta las necesidades y las características de cada uno.
La labor es muy gratificante y hay mucho por hacer, pero siempre planteándose objetivos y
prioridades y revisando los mismos en función del Proyecto base que sustente la tarea del Equipo de Orientación Escolar.
El trabajo en una escuela mayormente es un desafío ético que requiere respetar los tiempos del otro y los tiempos de la Institución, manejar los vínculos interpersonales, las susceptibilidades, tener una escucha activa y poder leer los contenidos manifiestos y latentes del acontecer institucional, entre muchas tantas cosas más.
Tener una postura no invasiva ni autoritaria, pero conservar nuestro lugar y hacer valer nuestra opinión. Ser una persona capaz de abrir canales de comunicación respetando el secreto profesional y construyendo vínculos de confianza y respeto sin establecer alianzas excluyentes.
Como profesionales de la salud podemos no tener todas las respuestas en un determinado momento, pero si una actitud ética al encarar el trabajo cotidiano.

Prof. Lic. Carina Verónica Salvino
Psicóloga Educacional (UBA)

viernes, 1 de julio de 2011

Compartiendo un cuento...

El Hachero
Había una vez un hachero que se presentó a trabajar en una
maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo
mejores aun; así que el hachero se decidió a hacer buen papel.
El primer día se presentó al capataz , quien le dio un hacha y le
designó una zona.
El hombre entusiasmado salió al bosque a talar.
En un solo día cortó 18 árboles.
-Te felicito , le dijo el capataz , sigue así.
Animado por las palabras del capataz , el hachero se decidió a
mejorar su propio desempeño al día siguiente ; así esa noche, se
acostó bien temprano.
A la mañana se levantó antes que nadie y se fue al bosque.
A pesar de todo el empeño, no consigió cortar mas que 15 árboles.
-Me debo haber cansado- pensó y decidió acostarse con la puesta
del sol.
Al amanecer se levanto y decidió batir su marca de 18 arboles.
Sin embargo ese día, no llego ni a la mitad.
Al día siguiente fueron 7 , luego 5 y el último día estuvo toda
la tarde tratando de voltear su segundo arbol.
Inquieto por el pensamiento del capataz , el hachero se acercó a
contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se
esforzaba al limite de desfallecer.
El capataz le preguntó:
-¿Cuándo afilaste tu hacha la ultima vez ?
- ¿afilar? No tuve tiempo de afilar , estuve muy ocupado cortando árboles.
*************
Cuántas veces estamos tan ocupados en lo que nos parece urgente,
que le restamos tiempo a lo importante....
Y tu?... ¿Cuál es el hacha de tu vida, que no estás afilando?
Tal vez  estamos tan ocupados en querer llegar a destino, que nos
olvidamos de mirar el paisaje.
Autor desconocido
Enviado por: Alvaro Vazquez - España